No cabe duda que la tecnología está cambiando nuestra vida. Nos ha dado una nueva forma de comunicarnos, relacionarnos, trabajar, aprender y entretenernos. Es casi imposible vivir sin sus ventajas.

Pero no todo son beneficios, ya que el uso y consumo excesivo de información digital tiene un impacto negativo en nuestra salud e inteligencia, en el equilibrio de nuestras emociones y de relacionarnos socialmente.

Los más afectados son bebés, niños y adolescentes, pues su cerebro está en pleno desarrollo y esto puede generarles: trastornos del sueño, hiperactividad, falta de control, ansiedad etc… Por ello se aconseja que antes de los 6 años NADA de pantallas.

En el caso de los adultos, el consumo excesivo conduce a una vida sedentaria por tanto más tendencia a tener enfermedades cardiovasculares, sobre peso o estrés por multitarea.

En conclusión hay que disminuir el tiempo que pasamos delante de las pantallas ya que nuestro cuerpo y cerebro no están diseñados para estar sentados durante largos periodos de tiempo y exceso de estimulación.